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Verrugas filiformes

Verrugas Filiformes: Un Tipo Inconfundible de Infección por VPH

Las verrugas son crecimientos cutáneos benignos causados por el virus del papiloma humano (VPH). Entre la gran variedad que existe, las verrugas filiformes se destacan por su apariencia única y su localización característica. Conocer sus particularidades es clave para identificarlas y tratarlas de manera efectiva.

Apariencia y Localización: El Sello de Identidad

Las verrugas filiformes son inconfundibles. A diferencia de las verrugas comunes, que son redondeadas y rugosas, estas presentan una morfología alargada y delgada, similar a un pequeño hilo o dedo que se proyecta hacia fuera de la piel. Su base suele ser estrecha y el cuerpo puede medir desde uno hasta unos pocos milímetros de longitud. A menudo tienen el mismo color de la piel circundante, aunque pueden presentar un tono ligeramente más oscuro o rosado.

Su localización es muy específica, prefiriendo áreas de la piel fina y con pliegues, especialmente el rostro. Los sitios más comunes son:

  • Párpados
  • Labios (especialmente el superior)
  • Nariz (fosas nasales y alrededor)
  • Cuello
  • Barbilla
Verruga filiforme en labio
Verruga filiforme en párpado

En estas zonas, su crecimiento suele ser rápido. Aunque son benignas y no representan un riesgo para la salud general, su ubicación en el rostro las convierte en una preocupación estética significativa para muchas personas, pudiendo afectar la autoestima.

Contagio: Cómo se Transmiten

Como todas las verrugas, las filiformes son contagiosas. El agente causal es el VPH, del cual existen más de 100 subtipos, siendo algunos los responsables de este tipo de verrugas. El virus ingresa al cuerpo a través de pequeñísimas grietas, cortes o rasguños en la piel.

La transmisión puede darse de dos formas principales:

  1. Autocontagio (Autoinoculación): Es muy frecuente. La persona que ya tiene una verruga filiforme puede diseminar el virus a otras áreas de su propio cuerpo a través del tacto, el rascado o al afeitarse. Por ejemplo, afeitarse cerca de una verruga en el cuello puede provocar la aparición de múltiples verrugas nuevas a lo largo de la línea de la barba.
  2. Contagio Interpersonal: Aunque menos común que con otros tipos de verrugas, el contacto directo piel con piel con una persona infectada puede transmitir el virus. También es posible, aunque en menor medida, el contagio indirecto a través de objetos contaminados, como toallas, maquinillas de afeitar o ropa que haya estado en contacto con la verruga.

Es importante destacar que no todas las personas expuestas al VPH desarrollan verrugas. El sistema inmunológico de cada individuo juega un papel crucial; algunas personas son más susceptibles a la infección que otras.

Diagnóstico y Tratamiento

Un dermatólogo puede diagnosticar una verruga filiforme con solo un examen visual, gracias a su forma tan distintiva. En casos dudosos, puede realizar una dermatoscopia o, excepcionalmente, una biopsia para descartar otras lesiones.

El tratamiento es recomendable principalmente por dos razones: para evitar su propagación a uno mismo o a otros, y por motivos estéticos. Dada su localización facial, los tratamientos deben ser precisos para minimizar las cicatrices. Algunas opciones incluyen:

  • Crioterapia: Congelar la verruga con nitrógeno líquido. Es rápido y efectivo, pero puede requerir varias sesiones.
  • Electrocirugía: Quemar la base de la verruga con una aguja eléctrica. Es muy eficaz para lesiones individuales.
  • Curetaje: Raspar la verruga con un instrumento llamado cureta. A menudo se combina con la electrocirugía.
  • Extirpación con tijera: Dada su base estrecha, el médico puede cortarlas directamente con una tijera estéril, usualmente tras anestesiar la zona.
  • Láser: El láser de CO2 vaporiza la verruga con gran precisión, siendo una excelente opción para áreas delicadas.

Las verrugas filiformes son una manifestación cutánea del VPH, fácilmente reconocibles por su forma de hilo y su predilección por el rostro. Aunque inofensivas, son contagiosas y pueden extenderse rápidamente si no se manejan con cuidado. Su tratamiento, supervisado por un dermatólogo, es seguro y efectivo, permitiendo eliminar estas antiestéticas lesiones y restaurar la salud de la piel con un riesgo mínimo de cicatriz. Ante la sospecha de tener una, lo más prudente es consultar a un profesional en lugar de intentar tratamientos caseros que podrían dañar la piel sensible del rostro.

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